BDSM es un término creado para abarcar un grupo de prácticas
y fantasías eróticas. Se trata de una sigla que combina las siglas resultantes
de Bondage y Disciplina; Dominación y Sumisión; Sadismo y Masoquismo. Abarca,
por tanto, a una serie de prácticas y aficiones sexuales relacionadas entre sí
y vinculadas a lo que se denomina sexualidades no convencionales o
alternativas.1
A veces, en el habla cotidiana, se utilizan las expresiones
"sado" o "sadomasoquismo" para referirse al BDSM, aunque
ambos términos resultan equívocos, en parte por tratarse de palabras creadas
por la psiquiatría para definir enfermedades mentales y en parte, porque las
prácticas abarcadas por el BDSM son variadas y admiten gran cantidad de
manifestaciones diferentes.
Como práctica erótica el BDSM se apoya siempre en el
consenso de los participantes y se distingue radicalmente del sadismo
criminal.2
BDSM es un término creado en 1990 para abarcar un grupo de
prácticas y fantasías eróticas. Se trata de una sigla formada con la
combinación de las iniciales de los siguientes pares de palabras: Bondage y
Disciplina; Dominación y Sumisión; y Sadismo y Masoquismo.3
Bondage y disciplina
Artículos principales: Bondage y Disciplina (BDSM).
«Bondage» es un término inglés referido a la sujeción que
implican ciertos vínculos, que se establece en ciertas relaciones de
subordinación. Históricamente, en siglos anteriores, fue un término utilizado
para referirse al lazo vincular restrictivo que unía a amos y esclavos, o a
señores feudales y vasallos.4 El término "bondage" también suele ser
asociado a las ataduras con sogas u otros elementos de restricción, que se
utilizan muchas veces en el BDSM, pero linguísticamente la palabra
"atadura" no proviene del término inglés bond, sino del término
inglés bind.4 Las prácticas eróticas relacionadas con el bondage entonces, son
propiamente las que establecen roles de poder asimétricos, como amo-esclavo,
patrón-mucama, jefe-empleado, maestro-alumno, policía-detenido, dueño-mascota,
etc. Impropiamente en la práctica también se relaciona esta expresión con las
ataduras y restricciones con fines eróticos.
«Disciplina» es un término que hace referencia a prácticas
eróticas relacionadas con reglas, castigos, adiestramiento, protocolos de
comportamiento, posturas según las circunstancias, etc.
Dominación y sumisión
Artículo principal: Dominación y sumisión
«Dominación» es un término utilizado para referirse a las
prácticas eróticas en las que una persona adopta un rol dominante para actuar
de acuerdo a su voluntad y su deseo sobre otra u otras personas que adoptan un
rol sumiso. La persona en el rol dominante manda y dispone. Se trata siempre de
una dominación sujeta constantemente al consenso y los límites establecidos por
la persona que acepta ser dominada. El BDSM rechaza toda práctica de
dominación, por mínima que sea, que no cuente con el consenso actual de la persona
dominada.
«Sumisión» es un término utilizado para referirse a las
prácticas eróticas en las que una persona adopta un rol sumiso en el que queda
bajo la voluntad de otra u otras personas que adoptan un rol dominante. Es la
situación complementaria de la dominación, por ello suele hablarse de
relaciones D/s. La persona en el rol sumiso obedece o deja que se actúe sobre
su cuerpo. Se trata siempre de una situación de sumisión voluntaria, dentro de
los marcos de los límites establecidos por la persona que adopta el rol sumiso.
Sadismo y masoquismo
Artículos principales: Sadismo y Masoquismo.
«Sadismo» es un término que en este contexto se utiliza para
referirse a prácticas eróticas en las que una persona obtiene placer causando
dolor, humillación o incomodidad a otra persona que acepta esa situación. Se
trata siempre de prácticas voluntarias que no pueden ir más allá de los límites
establecidos por la persona que recibe el dolor, la humillación o la
incomodidad, y que pueden ser detenidas en cualquier momento. La persona que
adopta el rol sádico, cuida en todo momento la situación de la persona que
recibe el dolor, la humillación o la incomodidad, a fin de evitar cualquier
daño. Se trata de una práctica erótica que no tiene ninguna similitud con el sadismo
criminal.
«Masoquismo» es un término que en este contexto se utiliza
para referirse a prácticas eróticas en las que una persona obtiene placer
experimentando dolor, humillación o incomodidad, generalmente a manos de otra
persona que acepta esa situación. Se trata siempre de prácticas voluntarias que
no pueden ir más allá de los límites establecidos por la persona que recibe el
dolor, la humillación o la incomodidad, y que pueden ser detenidas en cualquier
momento.
Recapitulación
Muchas actividades enmarcadas en el BDSM tienen como
elemento común una situación de traspaso de poder con finalidad erótica,
siempre voluntario, conocido en inglés con la expresión Erotic Power Exchange
(EPE o Intercambio Erótico de Poder).
Algunas de las prácticas que engloba el término, como la
humillación erótica, el dolor, la sumisión y otras, no podrían entenderse al
margen de su implicación con una forma específica de placer mutuo, sin la cual
las citadas prácticas se asociarían con sensaciones desagradables. Durante una
sesión (el tiempo en que se practica ese intercambio de poder) los
participantes acuerdan determinadas reglas para garantizar que las prácticas se
realicen en un entorno de consenso y libre voluntad (conocido con las siglas
SSC o sensato, seguro y consensuado). Se puede practicar en algunos clubes o
bares, generalmente ubicados en las grandes ciudades, especializados en la
temática BDSM, aunque lo más normal es jugar mezclando esta práctica con otros
juegos eróticos o sexuales más convencionales en un entorno de pareja.
El fetichismo no está incluido dentro de las prácticas y
gustos eróticos abarcados por la sigla BDSM. Sin embargo es muy usual que
muchas prácticas fetichistas se inserten naturalmente en las prácticas BDSM,
como sucede con la ropa de cuero (movimiento leather), la adoración de pies y
tacones, ciertos juegos de rol sexuales, en los que cada parte asume uno de los
papeles, tales como los de maestro/a-alumno/a, doctor(a)-paciente,
niñero/a-bebé (age play), juegos de entrenamiento de mascota y otros, etc. El
BDSM también se relaciona con prácticas eróticas o culturas cercanas como la
subcultura gótica y el vampirismo.
Historia
Artículo principal: Historia del BDSM
Bondage.
El término BDSM apareció por primera vez en abril de 1991,
en torno al foro de noticias por Internet denominado alt.sex, como la
yuxtaposición de dos abreviaturas contrapuestas, BD (bondage y dominación) y SM
(sadomasoquismo), que en realidad se habían creado, precisamente, para
distinguir el sadomasoquismo (que gozaba de una conocida mala imagen) de las
"otras" aficiones. Paradójicamente, desde el momento en que se trata
de unificar ambas corrientes es cuando la subcultura que las engloba empieza un
desarrollo vertiginoso. Dado que BDSM es una palabra que abarca términos muy
dispares, no es fácil dotarla de una historia más allá del comienzo de su uso
como acrónimo, al margen del que corresponda a cada uno de sus componentes.
Como elemento globalizador, el BDSM tiene escasas décadas de
vida y se inicia cuando diversas asociaciones de activistas homosexuales S/M de
EE. UU. e Inglaterra tratan de crear un mismo espacio subcultural para
actividades hasta ese momento bien distintas, como la dominación, el bondage,
el fetichismo o el sadomasoquismo. Es la época de la Old Guard, mediados de la
década de 1970, y su libro de cabecera es Leatherman's Handbook. Durante este
periodo, el movimiento conserva su vinculación con el mundo homosexual
masculino, sin abrirse a los espacios hetero o de homosexualidad femenina y
rechazando la idea de admitir a activistas switch (es decir, quienes se
confesaban cómodos en ambos roles) entre sus filas. También rechazaban
frontalmente la admisión de quienes quiera que considerasen las relaciones B/D
y S/M como solo juego.5
No es hasta principios de los 80 cuando el movimiento BDSM
comienza a englobar también a la cultura heterosexual y lésbica, siendo
promotores de ese sustancial cambio grupos como el colectivo lésbico Samois y
otros.6
A principios de los 90, empieza lo que hoy conocemos como el
periodo de la New Guard (Guardia joven o nueva), que se caracteriza por la
decidida apertura hacia el mundo heterosexual y de la homosexualidad femenina,
la aceptación del fenómeno switch, la inclusión de elementos de sensibilidad
interior (dominación psicológica, relaciones D/S sin inclusión de rasgos
sadomasoquistas, etc.), la aceptación de quienes practicaban el sólo juego, y
la participación activa de la mujer heterosexual en el asociacionismo BDSM.7
Robert Bienvenu, reputado conocedor de la temática y
catedrático de sociología en la universidad de Indiana, Estados Unidos, expone
una visión alternativa de la historia del BDSM, que él asienta sobre tres
pilares: el fetichismo europeo de finales de los años 20, el estadounidense
(desde 1934), y el movimiento leather a partir de los años 50.8
Principios y componentes básicos
SSC y RACSA
Artículo principal: SSC
La comunidad internacional vinculada al BDSM viene poniendo
especial énfasis en que las prácticas sean SSC, es decir, Safe, Sane and
Consensual (seguro, sensato y consensuado), término acuñado en 1983 por David
Stein. Su ideólogo lo definió del siguiente modo:
Las relaciones BDSM deben seguir un modo seguro, sensato y consensuado
respecto a sus prácticas:
Seguras, en cuanto al conocimiento necesario sobre su
desarrollo y sobre el material usado, así como sobre la prevención de riesgos.
Sensatas, en cuanto a la capacidad razonable de decisión por
parte de los actores, no alterada por drogas o bebidas y acorde con la
experiencia de cada participante, sabiendo diferenciar fantasía y realidad.
Consensuadas, en cuanto a que los participantes estén de
acuerdo sobre la forma e intensidad con la que se realicen, e igualmente que
dicho acuerdo pueda rescindirse en cualquier momento.9
Sin embargo, lo que en su inicio fue una definición creada
para deslindar el campo del sadomasoquismo consensuado del de los malos tratos
(sobre el que la sociedad estadounidense mantenía una severa prevención), fue
desarrollando en algunos pequeños grupos modelos de intransigencia muy alejados
del propósito inicial y de la metodología de sus creadores. Esto llevó al
propio David Stein a distanciarse del abuso que algunas personas hacían de su
eslogan.10
Desde los años noventa surge un nuevo concepto, el Rack, que
reúne en torno a su definición un elevado número de activistas. Rack es el
acrónimo de Risk Aware Consensual Kink, que viene siendo traducido en la
comunidad hispanoparlante como riesgo asumido y consensuado para prácticas de
sexualidad alternativa (o no convencional): racsa. El racsa pone los acentos en
la responsabilidad propia de los participantes en una actividad BDSM,
responsabilidad informada y consensuada para evaluar y asumir los riesgos de
dicha actividad. Más que una diferencia semántica o de concepto, los
partidarios del racsa tratan de modernizar una definición (la del SSC) que se
concibió fundamentalmente para trazar una línea divisoria con los malos tratos
o la violencia de género, pero que sus mismos impulsores han tenido que
reconocer, una y otra vez, que su propósito original estaba siendo defraudado y
prostituido por el uso intolerante, extremista y poco inteligente por parte de
algunos grupos marginales dentro de la comunidad BDSM.11
La mayor parte de los activistas de la escena adoptan
actualmente la postura de señalar la definición SSC como adecuada para
comunicarse con el mundo de la sexualidad convencional o vainilla, mientras que
sostienen que el término racsa define con mayor rigor y precisión las prácticas
BDSM reales.12
Palabra de seguridad
Dado que muchas de las situaciones durante una sesión
contienen elementos de fantasía y rol, y que en algunos de ellos se
escenificaba la «protesta» del participante sumiso, era necesario crear un
sistema de comunicación que le permitiera a este dejar claro el momento en que
su protesta era real y equivalía al deseo de no continuar. Y era preciso que el
dominante pudiera percibir nítidamente este deseo y diferenciarlo de la
escenificación del «¡no, no más!» que podía ser parte del juego sexual pactado.
La solución fue la denominada «palabra de seguridad». Puede ser una palabra de
rápida dicción y sonora («stop», «tango»), una que sea significativa para quien
la debe recordar (por ejemplo, el nombre de una persona familiar, etc.).
La palabra-código, también así llamada, es usada por la
parte sumisa para indicar de forma rápida que el grado, las circunstancias o la
actividad que se está desarrollando no es de su gusto y que desea parar. La
ética del BDSM prefija que en todo momento la parte dominante respetará dicha
manifestación e interrumpirá la actividad.
La primera mención constatable del concepto se registra a
finales de 1992 y se refiere a unas precisiones fonéticas aparecidas en el
círculo de activistas alemanes S/M-Szene:
La palabra de seguridad no debe contener sonidos
fonéticamente tenues, para evitar su mala audición con música ambiental.
Tampoco debe contener la vocal "i", ya que esta es difícil de
entender si la voz está tomada.13
La palabra de seguridad es el medio a utilizar en casos de
verdadera urgencia, cuando surge la necesidad de ir al baño, se recuerda que se
ha dejado el grifo de la bañera abierto, la otra parte está deslizando una
pluma de ganso por las plantas de los pies de la persona sumisa, sin saber que
ésta tiene insoportables cosquillas en esa zona, o cuando se quiere interrumpir
la sesión por otras razones.
Su uso es generalmente indiscutido, especialmente en los
comienzos de una relación, pero contiene también algún riesgo, como deja claro
Datenschlag:
Abandonarse demasiado a la palabra-código puede a veces
perjudicar la seguridad. En el caso de juegos emocionalmente profundos, puede
encontrarse la parte sometida demasiado abstraída e inmersa en sus emociones
como para usarla.12
Dentro de la comunidad BDSM, existen otras formas minoritarias
de contemplar el empleo de la palabra de seguridad, especialmente para los
practicantes del metaconsenso. Para ellos, la parte pasiva o sumisa cede
voluntariamente y previo consenso la completa responsabilidad sobre el
desarrollo de la sesión a la parte activa o dominante. En esos casos es la
parte activa la que decide si interrumpir o no la sesión, lo que presupone
(además del previo consenso) un elevado grado de confianza y conocimiento entre
ambas partes. Por último, los activistas de la Old Guard rechazan el uso de la
palabra de seguridad, por entender que es un límite no deseado en la entrega.14
Roles
En el BDSM se identifican dos roles: dominante (también
usado el término top, o activo ) y sumiso (también bottom o pasivo). El dominante
es el que disfruta de estas prácticas manteniendo la iniciativa y el control de
la acción, mientras que la parte sumisa obtiene placer al entregarse en manos
del dominante, para que sea éste quien le dirija.
Además, algunas personas gustan de ejercer ambos roles,
dependiendo del momento o de la persona con la que actúe. En ese caso se habla
de un activista switch, término inglés con el que se designa aquello capaz de
conmutar o invertir una acción o un fenómeno.
Existen categorías también dentro de los distintos roles:
Tutor: es aquella persona experimentada ya en el BDSM que
inicia a otra. Puede ejercerse en cualquier rol, es decir, una persona sumisa
puede ser la tutora de un Dominante. Sin embargo, lo más habitual es que un
Dominante ejerza como Tutor de otro Dominante o de un sumiso.
Maestro: Se considera Maestro a aquel Dominante que ejerce
su rol de manera impecable a ojos del sumiso, que es quien le da este título si
así lo considera.
Amo: Dominante poseedor de uno o varios sumisos.
Esclavo: sumiso que entrega los límites a su Amo/a.
Consenso
Consensuar - Consensualmente: Se refiere a la voluntariedad
y mutuo acuerdo en relaciones BDSM.15
El consenso que se establece en todas las relaciones BDSM es
precisamente lo que le dota de un contenido específico, distanciándolo de
cualquier situación de violencia no-pactada, como los malos tratos, la
violencia de género, etc. Al igual que el consenso sexual, permite distinguir
con claridad cuando dos personas están haciendo el amor y cuando, al faltar
este, se produce una violación, de igual manera comparar una sesión BDSM (pese
a la apariencia de violencia verbal o física) con una situación de malos tratos,
sería como pretender comparar la noche de amor de una pareja con la infamia de
una violación.
Esta forma de consenso puede revestir múltiples formas. Por
ejemplo, mediante la escenificación de una negociación previa a la sesión, en
la que se establece el cómo, el cuándo y el grado de las actividades a
realizar, la palabra de seguridad a emplear, etc. Pero también puede adoptar la
forma de acuerdo menos elaborado, cuando existe amplia confianza por ambas
partes. En todo caso, su existencia es siempre básica para que la actividad a
desarrollar esté encuadrada en lo que se denomina BDSM. Asimismo existen
fórmulas de consenso global, especialmente en parejas que se conocen o se
relacionan habitualmente. En estos casos, no siempre se da una negociación previa
antes de cada sesión, sino que a menudo se establecen pactos más abiertos y a
más largo plazo.12
Metaconsenso
El metaconsenso es una forma evolucionada de consenso,
propia de algunas relaciones BDSM muy avanzadas en el mutuo conocimiento y donde
se producen situaciones de profunda confianza entre la parte sumisa y su
dominante, además de suponer una amplia experiencia por parte de esta última.
En dichas relaciones, la parte sumisa manifiesta
explícitamente que no desea asumir la responsabilidad de interrumpir la sesión
en el caso de sentir que ésta supera sus límites o su capacidad, sino que desea
que sea la parte dominante quien tome esa responsabilidad y decida en todo
momento al respecto. Esto implica, por ejemplo, que la parte sumisa asume de
forma responsable, consensuada y sensata su deseo de que, en caso de rogar dar
por finalizada una actividad concreta (o la sesión en su conjunto), sea la
dominante quien decida aceptar o no esa petición. El metaconsenso se practicaba
de forma muy generalizada en los inicios históricos del BDSM, la época
denominada de la Old Guard, aunque era más conocido en los círculos
anglosajones con la denominación, algo confusa, de no-consenso consensuado
(consensual non-consensuality).16
A raíz de popularizarse en la comunidad el concepto SSC, el
metaconsenso pasó a estar más en desuso y no volvió a vivir un relativo
relanzamiento hasta la década de los 90, aunque su práctica continúa siendo
minoritaria en la comunidad BDSM. Ofrece la "ventaja", para la parte
sumisa, de no tener que preocuparse por el desarrollo de la sesión, ya que será
la misma dominante la que la interrumpa, si cree que está siendo demasiada
intensa, sin necesidad de esperar que aquella lo manifieste. Esto es
especialmente importante en los casos en donde la parte sumisa se encuentra en
un estado cercano al éxtasis, el llamado sub-space, que puede sobrevenir
durante una sesión.12 Pese a ello, muchas de las personas incorporadas al BDSM
tras el periodo de la Old Guard opinan que el metaconsenso es una práctica que
arrastra importantes riesgos y la consideran, por tanto, en los límites de la
comunidad.
Diversidad
Algo que sorprende al estudiar la evolución del BDSM es su
diversidad. Aunque históricamente sus raíces surgen del movimiento sadomasoquista,
cuando se desarrolla verdaderamente como aglutinador, a partir de 1992, lo hace
agrupando una amplia diversidad de prácticas, aficiones e identidades sexuales,
hasta el punto de que esa misma diversidad le confiere uno de sus aspectos más
sobresalientes.
Desfile BDSM en Colonia (Alemania), año 2006.
Actualmente, el BDSM aglutina como subcultura a individuos
estrictamente heterosexuales, a homosexuales de ambos sexos y a bisexuales. A
cristianos practicantes y militantes, a agnósticos y a personas relacionadas
con otras religiones o misticismos. En cuanto a las prácticas, van desde la
mujer que le gusta usar zapatos de tacón de aguja como elemento fetichista,
constituyendo esto su única aportación no-convencional, hasta el masoquista de
alto grado que vincula dolor y placer.15
Todos ellos comparten una cierta estética y un elemento
común: el consenso y la tolerancia adulta, bajo el lema: “Tu gusto no es el
mío, pero me gusta que lo puedas practicar”. Solamente en la periferia del BDSM
se pueden dar algunos casos de intransigencia hacia el resto de la sociedad o
hacia otros segmentos de la comunidad, pero es algo escasamente habitual en una
cultura que se suele distinguir por la tolerancia hacia formas de pensamiento
alternativas.17
Bondage
Bondage o shibari, fiesta BDSM en Madrid, 2006.
Artículo principal: Bondage
Artículo principal: Shibari
El bondage es la práctica de encordamientos o ataduras sobre
el cuerpo humano, con fines estéticos o sexuales. Es un anglicismo (de to bind)
que asume a su vez la tradición del shibari, palabra japonesa para el arte del
encordamiento. Puede conllevar la inmovilización de la persona pasiva, o no.
Asimismo, puede incluir o no la sujeción de ésta a un elemento fijo, la
suspensión parcial o total, etc. Las cuerdas suelen ser de algodón o fibras
artificiales, pero también pueden ser de yute, paja de arroz, esparto, mezcla,
etc. También se entiende de forma extensiva como bondage las inmovilizaciones
con esposas, pañuelos, cadenas, etc.
El bondage puede formar parte de una relación más amplia, o
practicarse de forma exclusiva.18
Disciplina
Véanse también: Flagelación y Disciplina Inglesa.
Flogger o pequeño látigo de colas, empleado en rituales de
flagelación.
Disciplina es un término genérico que describe las
actividades de quienes gustan, por activa o por pasiva, de la flagelación
erótica, también llamada la práctica de los azotes eróticos. Consiste en el uso
de la mano para azotar principalmente las nalgas de la persona pasiva
(recibiendo en este caso el nombre específico de spanking) o bien usando algún
instrumento, en cuyo caso se extiende la zona azotada a piernas, senos, tórax,
etc., y se habla de flagelación. Los instrumentos de azote clásicos en este último
tipo de práctica son los floggers o gatos de cola, la paleta, la canne o vara
fina y flexible de fresno o similar, la fusta y el látigo, entre otros. Y
también un sinfín de instrumentos diseñados en principio con otro propósito,
como cepillos para el pelo, zapatillas, etc.
Dominación y sumisión
Artículo principal: Dominación y sumisión
Mujer domina a un hombre sumiso
En la escena BDSM se define como relación D/s o de
dominación-sumisión la integrada por una parte pasiva, que adopta el rol sumiso,
y una parte activa, que hace lo propio respecto del rol dominante. En todo caso
se concreta en torno a un modelo de Intercambio Erótico de Poder (EPE), basado
en el consenso.
Esta práctica, al contrario que muchas otras que forman
parte del BDSM, no se define con un término anglosajón, sino que se deriva del
latín y así se conoce también en los países anglosajones (por su abreviatura
D/s), al margen de que éstos usen frecuentemente el término EPE. Algunos
estudiosos en la materia pretenden ver en ello una prueba más de las raíces
mediterráneas de este tipo de relaciones y su mayor auge en países del
Mediterráneo, respecto a los países anglosajones, donde son más extendidas las
relaciones S/M.
En la D/s se emplean las denominaciones de sumisa o sumiso, en
un caso, y las de Amo - Ama, en el otro. La denominación de Dómina o Mistress
(para dominantes femeninos) suele ser más usada en la llamada dominación
femenina profesional, más cerca de la prostitución especializada que de las
relaciones D/s. Otras denominaciones usuales, aunque no tan frecuentes, son
esclavo/a, Señor/a, Tutor/a y Master/Lady. A menudo se designan con una inicial
mayúscula las denominaciones del dominante, y en minúscula las de sumisas y
sumisos.15
Este tipo de relaciones con frecuencia asumen rituales
altamente elaborados y con contenidos simbólicos complejos, que enlazan a sus
practicantes de una forma mucho más intensa que en otras actividades del BDSM.
A su vez, una pareja D/s no desdeña el uso de ninguna de las otras prácticas
contenidas en el BDSM. Una sesión durante un ritual D/s puede ser breve e
improvisada, o prolongarse durante horas, incluyendo bondage, disciplina,
fetichismo, suspensiones, sexo explícito, uso del binomio placer-dolor, etc.
Pero siempre como un medio más de expresión de su relación; por eso algunos la
tienen como la forma más extensiva, interdependiente y sofisticada dentro del
BDSM.15
Determinados símbolos propios de las relaciones D/s, como el
collar de sumisión y el Anillo de O, que en su origen se usaban como
instrumento de mutuo reconocimiento social (al igual que los gestos masónicos
en la logia), se han extendido a lo largo y ancho de la escena BDSM, perdiendo
parte de su carácter diferenciador en el interior de la propia escena y pasando
a convertirse poco menos que en símbolos genéricos del BDSM. En algunos casos,
incluso, han trascendido los límites de la comunidad y forman parte hoy en día
de algunas de las expresiones populares de moda vanguardista.19
Sadomasoquismo
Artículo principal: Sadomasoquismo
El sadomasoquismo es un término genérico que define
relaciones en las cuales el binomio dolor-placer tiene una gran importancia
como medio de materializar relaciones de intercambio de poder. Se denomina
sadismo, por otra parte, a la práctica activa que realizan las personas que
sienten un placer sexual al castigar a otra.
Masoquismo sería la práctica pasiva, la de aquellas personas
que experimentan un placer sexual al sufrir determinada intensidad de dolor.20
Las investigaciones de cierto peso científico realizadas en las dos últimas
décadas, conducen a pensar que ambas tendencias coexisten en mayor o menor
grado en todo ser humano.21
Fetichismo
Artículo principal: Fetichismo sexual
El fetichismo es el uso de símbolos o fetiches a los que se
les asocia, por parte de quien lo practica, un valor especial, más allá de su
uso cotidiano o de su valor intrínseco. Puede ser una figura religiosa que se
lleva en el coche para protegerse de un accidente (fetichismo religioso), una
prenda a la que se concede por quien la lleva el poder de traer buena suerte
(fetichismo socio-cultural) o unas medias enmarcando unas piernas femeninas,
que despiertan en quien las contempla una fuerte motivación erótica (fetichismo
sexual).
En el marco del BDSM, los fetichismos que se relacionan son
aquellos de contenido sexual, y los más comunes son los relacionados con los
pies, las medias, las botas, los zapatos de tacón alto de aguja, la ropa
interior, los uniformes, el vello corporal -o la ausencia del mismo-, etc.
Existen por tanto dos tipos de fetichismo en el BDSM: el de la persona que
gusta despertar motivaciones sexuales, por ejemplo, llevando altos tacones de
aguja, y el de las personas que se sienten atraídas por la exhibición del correspondiente
fetiche.22
Juegos de rol
Artículo principal: Juego de rol (BDSM)
Es el tipo de práctica en la que se asumen diferentes roles
sociales o de género durante una sesión BDSM. Comúnmente el juego de rol
representa a través de fetiches la condición dominante y sumisa, incorporando
elementos al vestuario que refuerzan la intencionalidad de control y entrega.
Uno de los juegos de rol más comúnmente utilizado es el de feminización,
situación en la cual la mujer dominante (Dominatriz) obliga al Dominado a
vestir atuendos y maquillaje femenino.
El concepto de juego es muy usual en una parte importante de
la comunidad BDSM. Se trata de personas que consideran las prácticas
relacionadas con su afición como algo de contenido, forma y fondo eminentemente
lúdico-sexual, escénico. En el vocabulario de estos activistas, se habla de
juego, de jugar y de juegos de rol sexuales, refiriéndose generalmente a
quienes toman y representan un papel dentro de una escenografía formada por un
par complementario: maestro-alumna, cuidador-mascota, enfermera-paciente,
amo-esclava, etc. Existen algunos que reciben una denominación específica, como
los juegos de edad o Age play (los de Adulto/a o Cuidador/a y bebé, y otros).
Un elemento esencial de este tipo de relación es el EPE (Erotic Power Exchange
o Intercambio Erótico de Poder).15 Este tipo de fantasías escenifican en la
práctica una situación no-igualitaria como elemento de juego sexual, pero se
enmarcan en relaciones que, paradójicamente, suelen ser más igualitarias (fuera
del juego) que muchas otras del resto de la sociedad.23
Durante la sesión (o más bien, en este caso, durante el
juego) los practicantes actúan siguiendo los modelos de comportamiento
supuestos en el personaje que interpretan: si se trata de un rol
cuidador-mascota, aquel utilizará el lenguaje propio de quien habla
cariñosamente (o con enfado) con su mascota, mientras que quien se atribuye
este último papel, imitará en parte los movimientos, comportamientos e incluso
sonidos de dicha mascota. Al finalizar la sesión, la pareja recobra su relación
habitual.
Muy diferente es la visión de otra parte de la comunidad
BDSM respecto a los mismos elementos. En este caso, los participantes perciben
igualmente que la relación tiene amplios componentes de fantasía, pero rechazan
considerarlo exclusivamente como un juego escénico, sino que lo dotan de
elementos profundos y de un complejo simbolismo, que trasciende el
espacio-tiempo de una sesión, impregnando también otras facetas de la vida de
la pareja.24
Tipos de relaciones
EPE (Sesión erótica de poder)[editar]
Artículo principal: Intercambio Erótico de Poder
(EPE)
Erotic power exchange, abreviadamente EPE o EPC para otros,
significa en el seno de la comunidad BDSM "Intercambio erótico de
poder", Actividades consensuadas de cesión erótica de la voluntad (o del
poder). Dada la influencia cultural del ámbito anglosajón, es probable que en
años venideros la definición de EPE, vaya desplazando gradualmente a la de D/s.
Ambas describen la misma situación, como atestigua la E.P.E.I.C. (Erotic Power
Exchange Information Center), una de las organizaciones mundiales más
reconocidas dentro del BDSM, que trabaja en común con la International
Maledom/femsub Guild, sociedad que ampara a los grupos BDSM con presencia en
Internet:
EPC es toda relación entre adultos que de forma voluntaria
incorporan los elementos de dominación (poder) en sus relaciones amorosas -y
usualmente asimismo en una gran parte de sus vivencias diarias. E.P.C es más
conocido como BDSM, S/M, D/s o sadomasoquismo, pero todos esos términos son
demasiado limitados, incorrectos y a menudo se confunden con estereotipos y
afecciones mentales, por lo que preferimos la denominación E.P.C. Esta puede
tomar cualquier forma, dentro de una relación. Desde los juegos de sumisión
amorosa en una pareja que hace el amor, hasta las relaciones totales 24/7, 24
horas al día, 7 días a la semana25
El perfil que adopta una u otra relación dependerá
enteramente de las fantasías de sus integrantes, de los pactos entre ellos,
etc. En tanto sean consensuadas, informadas, sensatas, presididas por el
sentido común y voluntarias, la comunidad BDSM las entenderá como D/s, o en la
terminología anglosajona EPE, Erotic Power Exchange.
BDSM y sexo
La importancia del sexo (entendido como sexo directo) en las
prácticas BDSM es variada. Coexisten en la comunidad dos tipos de
sensibilidades hacia la cuestión. Por un lado aquellos que opinan que el BDSM
es algo que trasciende lo directamente sexual y no precisa de su concurso, y
por otro quienes lo consideran una parte no ya importante, sino insustituible
de la vivencia BDSM. En este caso, se puede observar con claridad una
controversia norte-sur: de una parte los países anglosajones, y sus áreas de
influencia, más propensos a la primera concepción, y de la otra los países y
zonas del sur, más afines a la segunda.26
Polyarmonía
«Las prácticas sexuales de hoy ya no se pueden explicar
según las antiguas teorías, y todavía no las comprendemos a la luz de las
nuevas. Corriendo por delante de la historia, nos encontramos en un nuevo
territorio.»
June Singer, Energías del amor, 1987.27
Polyarmonía (o poliarmonía) es un concepto derivado y
relacionado con el poliamor, que se define como un estado donde coexisten más
de una relación íntima y simultánea, con el pleno consentimiento y conocimiento
de todas las partes involucradas, enfatizando las esencias de honestidad y
compromiso. Pero a diferencia de esta última, la polyarmonía pone el énfasis en
el mantenimiento armónico de una relación constituida por una persona
dominante, y dos o más que desarrollan el rol sumiso.28
Aunque en el BDSM este tipo de relaciones no es infrecuente
(especialmente en D/s y S/M), sus integrantes suelen encontrar algunas
dificultades para la socialización en el seno de la comunidad. No hay estudios
conocidos sobre el tema, por lo que opiniones en el sentido de que dichas
dificultades responden a una visión tradicionalista de la pareja por parte del
colectivo, o bien a que este reprocha a los dominantes poliarmónicos el que
estos “cacen” con frecuencia en cotos ajenos, no dejan de ser meras
conjeturas.12
24/7
Algunas parejas dentro de la comunidad BDSM enmarcan su
relación basándose en las estructuras de poder configuradas en el llamado
Intercambio Erótico de Poder. La forma más extrema de este tipo de relación
sería la denominada 24/7, donde la pareja (generalmente en los roles
Amo/a-sumiso/a) extiende la escenificación de su vivencia hasta la totalidad
del tiempo disponible, es decir, como si vivieran permanentemente (24 horas al
día, siete días a la semana) en la situación escenificada. En estos casos se
sigue hablando de roles, pero se evita cuidadosamente anteponer la palabra
juego. Al mismo tiempo, se elaboran sofisticadas formas para compaginar la vida
social, laboral o familiar de la pareja, con su propósito de permanecer en la
relación 24/7. Este tipo de relación recibe también el nombre de TPE o Total
Power Exchange, una denominación desarrollada por el conocido activista Steven
S. Davis en los debates de lo que ha sido el mayor enclave intelectual para el
desarrollo del BDSM mundial, el alt.sex.bondage. El TPE se diferencia de todos
las demás relaciones BDSM, al rechazar los frenos y las limitaciones que estas
se autoimponen, pero mantiene estrictamente el único elemento que dota de común
marco a toda la comunidad BDSM: el consenso. El mismo Davis escribía:
Cosas como la palabra de seguridad, el contrato de relación,
la negociación de límites y cualquier otra que reconozca, acepte o formalice
límites a la capacidad de decisión del dominante, le son ajenos al TPE29
En el año 2006, el director Roland Reber estrenó una
película sobre el tema titulada 24/7 - The Passion of Life.
Servicios profesionales
Dominatrix
En el BDSM, por su fuerte implicación con el sexo, se
encuentran también una serie de ofertas de servicios contra pago, por las que una
mujer (generalmente) ofrece determinado tipo de servicios relacionados con las
prácticas del BDSM, en el rol de Lady, Dómina o Dominatriz (en un 95 % de los
casos) o en el de sumisa (muy infrecuentemente). Mucho menos frecuente es la
oferta de servicios de varones tipo "dominante" o "sumiso",
y casi siempre relacionados con la homosexualidad masculina. En todos los casos
anteriores se dan las premisas de la prostitución especializada: acuerdo previo
sobre el precio y delimitación de los servicios que se ofrecen. No siempre se
incluye el sexo penetrativo en ellos, incluso esto es poco frecuente en el tipo
más conocido (el de las dominatrices), en el que -caso de solicitarlo el
cliente- a veces se encomienda dicho servicio, sustitutoriamente, a otra profesional
que actúa como doncella o sumisa de la primera. Las actividades se suelen
desarrollar en los llamados estudios, con mayor o menor acondicionamiento
estético-fetichista. Los no-profesionales prefieren para esos lugares la
denominación de mazmorra o sala de juego.
La sensibilidad de la comunidad BDSM hacia la llamada
dominación profesional es compleja. El mundo de la dominación profesional o de
la prostitución especializada suele recibir un amplio tratamiento en los medios
de difusión masivos (prensa y televisión) al hablar de BDSM. Este tratamiento
es superior en grado al que representan dichas actividades en el global de la
comunidad. Esto se debe, probablemente, a la mayor dificultad de contactar,
entrevistar y grabar a miembros no-profesionales, en contraste con la facilidad
de acceso a los profesionales. Lo descrito es una situación válida para casi
todos los países europeos, incluida especialmente España. TVE emitió bajo el
nombre Sexo secreto un documental sobre esa misma dominación profesional, centrada
esta vez en Barcelona. Véase también el epígrafe sobre Televisión en este mismo
artículo.(30
En 1997 aparece a 150 km de Praga, República Checa, el
"Other World Kingdom", un centro de la denominada dominación femenina
profesional, un lugar de pago o finca constituida alrededor de unas antiguas
mansiones ducales, en las que "reina" la mujer dominante o
soldada(profesional) bajo la atenta mirada de la Reina Patricia I(personaje
metido en ese papel) y en la que todos los hombres son "esclavos" que
pagan puntualmente sus "impuestos" a la femenina y monárquica
sociedad31
Películas y documentales que muestran escenificaciones del
mundo de la prostitución especializada en el BDSM, además del ya citado, son,
entre otros: Maîtresse, Domina - Die Last der Lust, Tokyo Decadence, Exit to
Eden, Ach, Hilde, Gib's uns a bissle, Besuch bei einer Domina, Nightlife in
Tokyo, Wildly Available, Fetishes. (Ver BDSM en el Cine)
Prácticas en el BDSM
Dada la diversidad que caracteriza al BDSM, es difícil hacer
una descripción de las prácticas que más frecuentemente se dan en ese tipo de
relaciones. Hay que recordar que, por ejemplo, es muy posible que activistas
del bondage jamás practiquen ninguna de las opciones habituales en la
subcultura S/M. Quizás sea la Dominación – sumisión (D/s) la familia BDSM que
mayor número de prácticas reúna, ya que en principio asume indiscriminadamente
todas las de los otros grupos, si a la pareja D/s les parecen adecuadas para
canalizar su relación.
De todos modos existen las llamadas "listas de
prácticas" que enumeran algunas de las más comunes.32
Sin olvidar las limitaciones antes mencionadas, se pueden
contar entre las prácticas BDSM más comunes:
Bondage (atamientos, ritualizados o no)
Cera (derramada sobre el cuerpo)
Pinzas (colocadas habitualmente en lugares estratégicos:
pezones, zona inguinal, etc.)
Sumisión ritual, haciendo actos sexuales y otros servicios
según instrucción
Humillación ritual; usar pañales o, para un varón, usar
bragas y otra ropa de mujer. Exhibirse. Palabras ofensivas.
Flagelación o tortura erótica
Sexualidad controlada y generalmente limitada
Uso de determinadas señales (collar de sumisión)
Dominación ecuestre (Monta y/o exhibición)
Código de vestuario (por ejemplo, la renuncia al uso de
prendas de lencería interior, de pantalones en las mujeres de rol sumiso, etc.)
Lactancia erótica
Prácticas de sexo extremo (fisting, lluvia dorada, etc.)
Sin embargo, muchas de las prácticas y usos sí revisten una
común importancia, como el collar, las ceremonias de iniciación, los anillos,
las marcas y tatuajes, la ropa y las señales de código, etc.15 19
Rituales y símbolos
La bandera de orgullo leather.
Bandera con triskel usada por comunidades BDSM. Basada en la
bandera del orgullo BDSM.
Como toda cultura con complejas y ritualizadas formas de
expresión, el BDSM muestra una serie de símbolos a los que sus integrantes dan
un valor más o menos esencial. Entre ellos, destacan algunos de particular
incidencia en los círculos D/s, como el Anillo de O,33 o el collar de sumisión,
y otros con un valor más genérico para el conjunto del BDSM, como el triskel o
la bandera del Movimiento Leather, la denominada Leather-Pride.15
El primero está basado en el triskel de origen céltico,
usado por los druidas y abusado en el pasado siglo por movimientos y
organizaciones de ideología fascista, y no en el triskelion, de origen griego.
Sin embargo, Quagmyr (su diseñador) lo aleja del triskel céltico y de las otras
manifestaciones simbólicas similares, como los pertenecientes al nacionalismo
bretón, al budismo o al taoísmo. El simbolismo que encierra para su creador (y
que surge de la lectura de la novela Historia de O) está suavemente encadenado
con el del ying y el yang.
Los tres bordes curvos representarían las subculturas B/D,
D/s y S/M que dieron lugar al término genérico BDSM. El metal representa los
grilletes, que simbolizan servicio y posesión, los tres círculos negros
escenifican el control sobre el lado oscuro de la sexualidad BDSM, mientras que
la esquemática figuración de los brazos en aspa representa al spanking erótico.
El círculo externo es significativo de la unidad en torno a la protectora
comunidad.34
La bandera del Leather Pride (“orgullo del cuero”) fue
diseñada por el activista estadounidense Tony DeBlase en mayo de 1988, para la
celebración ese año del certamen International Mr. Leather en Chicago. Cuenta
con muchos adeptos entre los grupos homosexuales S/M, aunque se ha extendido
como símbolo de identidad para toda la cultura BDSM. Su diseño original se
encuentra en el primero de los museos de la comunidad, el Leather Archives
& Museum de esa misma ciudad. El museo mantiene una sala con el nombre de
su diseñador, uno de los activistas estadounidenses que más intensamente
promovió el intercambio de conocimientos y experiencias en el seno de la
comunidad.35
Collar
Collar de sumisión con candado.
El Collar en el BDSM, de cuero o metal, simboliza la
entrega. Pueden ser tremendamente sofisticados, estilizados o bastos y de
castigo, destinados a su uso en sesiones íntimas o para llevar en público.
Suelen llevar uno o más ganchos para completarlos con un tirante-guía, que el
dominante maneja o usa para inmovilizar, y pueden estar adornados con
abalorios, campanillas, cascabeles, púas o incluso aplicaciones de oro y plata.
Su uso simbólico se da fundamentalmente en las relaciones D/s
(dominación-sumisión, es decir, las que incorporan elementos de cesión de poder
o EPE).
Collar de sumisión.
La importancia del collar para la comunidad BDSM, y
esencialmente para los practicantes de D/s, se puede medir en las declaraciones
de una mujer sumisa, firmante como cinnamon^, que escribe lo siguiente:
El collar no es un elemento de juego, no es un accesorio que
señala el estatus. Es un acuerdo serio, si así lo quieres, entre dos partes
envueltas en amor y devoción la una para la otra: el/la sumiso/a debe tomarse
su tiempo, porque al colocarse un collar, entrega su corazón, su cuerpo, su
mente, su alma, se entrega enteramente a otra persona. Al ofrecer un collar, un
Master se compromete a cuidar, proteger y aceptar la sumisión entregada en
todas sus formas, apreciando el regalo que recibe, sin abusar nunca de él. Un
collar envuelve corazón y alma de ambos, Amo y sumiso/a.36
Sin embargo, en la última década y paralelamente al uso de
collares de este tipo como elemento de moda entre los jóvenes, se advierte un
empleo menos ritualizado pero no por ello menos simbólico. Diseñadores como
Joop, Gucci o Vivienne Westwood lo utilizan ya hace tiempo en sus creaciones.
Sinnead O'Connor, Jennifer Aniston, Madonna y Britney Spears los portan con
toda naturalidad. Por ello, quizás, muchas personas dentro de la comunidad BDSM
portan un collar D/s en fiestas, eventos, etc., no ya como muestra de una
relación de sumisión existente, sino como prueba de su estatus de sumiso/a.
Igual ocurre con las personas sadomasoquistas, que ni buscan ni desean una
relación BDSM, incluso con la mujer dominante, que puede portarlo como símbolo
de identidad genérico. En la D/s, sigue siendo un elemento de simbólica
trascendencia, y su entrega y aceptación suele ir unida a ceremonias y rituales
específicos.37
Ceremonias de iniciación
Las ceremonias de iniciación suelen darse, casi en
exclusiva, entre la subcultura D/s y son prácticamente desconocidas en el resto
del BDSM. Al margen de escenificaciones de juego, suelen ser más propias de
aquella parte del D/s que se identifica con los conceptos del TPE o Total Power
Exchange (Intercambio Total de Poder), más conocidas como relaciones 24/7.
En la D/s, la ceremonia iniciática cumple un doble objetivo
y se forma en torno a un doble origen: aquellas personas que nunca
anteriormente habían sostenido una relación D/s (Rito Iniciático) y aquellas
que, teniendo experiencias anteriores, entran en una nueva relación (Rito
Inicial). En cuanto al doble objetivo, se trata por parte de sus practicantes
de enlazar con el sentimiento del TPE al mismo tiempo que de dotar de un
sentido trascendente, suprasexual y filosófico a la relación. Muchos de los
rituales se basan en las triangulaciones típicas de las sociedades secretas
medievales y de la masonería, y en algún caso se incorporan elementos de la
fantasía literaria contemporánea (Crónicas de Gor o Historia de O).15
Marcas y tatuajes
Ropa y señales de código
Véase también: Cuadro de Señales en el BDSM
Por ropa de código suele entenderse en la escena BDSM
aquella con la que a la mayor parte de sus activistas les gusta identificarse.
En determinadas fiestas y reuniones puede pedirse a los asistentes que vengan
vestidos de esa manera (código estricto), aconsejarse el vestuario de código o
indicarse que la asistencia no obliga al código (código libre).
El tipo de ropa suele estar basado, para ellas, en el látex,
el cuero y el vinilo, como elementos básicos, y suele incluir a menudo
elementos de connotaciones abiertamente fetichistas: corsé, medias de rejilla y
ligueros, botas o zapatos de tacón alto, bustiers, etc. Adornos, como collares
y medallones, no son infrecuentes. Para ellos, suele diferenciarse mucho si se
trata de la escena heterosexual o de la escena homo-S/M. En el primer caso,
pantalones y camisas negras u obscuras, pudiendo ser de seda o cuero, aunque no
es lo habitual. En el segundo caso, los materiales son prácticamente los mismos
que los de ellas: cuero, látex y vinilo. La escena heterosexual es mucho más
permisiva y abierta, en cuanto a los códigos de vestuario, mientras que en los
ambientes homo-S/M se suele dar una mayor importancia al mismo.15
Existen una serie de señales relacionadas con la vestimenta,
generalmente basadas en la situación específica del BDSM en la escena
angloestadounidense, y fundamentalmente en la necesidad de saber rápidamente si
la otra persona comparte afición o no. Esta situación se debe en gran medida a
la imposibilidad de interactuar con normalidad en público, como sucede en la
Europa continental, y más exactamente en España, Alemania, Francia, etc. En la
escena angloestadounidense sucede frecuentemente que en los locales afamados
del mundillo BDSM se reúnen en un fin de semana varios cientos de personas, en
su mayor parte absolutamente desconocidas entre sí. Las posibilidades de
interacción son muy limitadas: cualquier situación de sexo explícito,
especialmente de tipo S/M, y especialmente si en el local se consume alcohol,
es un riesgo de tipo penal. Queda por tanto la escenificación, los ropajes
atrevidos y los códigos de color en el vestuario.38
El proceso de convergencia social
Existe un doble proceso de convergencia social en el seno
del BDSM. Por una parte, aquél que realiza todo el que se acerca a la comunidad
BDSM, desde la inexperiencia y el deseo latente, deseando acabar con una y
saciar el otro. Y de otra parte, el que realiza la propia comunidad, en su
conjunto, hacia el reconocimiento social pleno por parte de la sociedad.
Acercamiento individual al BDSM
Artículo principal: Estadios en el BDSM
Toda persona que se acerca al BDSM suele recorrer una serie
de estadios o niveles de aproximación social y de autorreconocimiento, que a
menudo son comunes e independientes del sexo, inclinación de rol o educación.
En la literatura especializada se habla en este sentido de los estadios de
iniciación.
Evolución social del BDSM
El colectivo BDSM ha recorrido en la última década un
complejo camino desde la alegalidad ribeteada de leyes francamente punitivas,
hasta el estatus actual de “un poco locos pero no peligrosos”. Puede parecer
que ese estado no se corresponde con el esfuerzo realizado por toda la
comunidad, pero es un enorme salto cuantitativo y cualitativo. La inclusión de
la temática BDSM –y no de forma peyorativa- en el marketing, la publicidad, la
cultura social, incluso en el arte y la política, hace que ese proceso de convergencia
social vaya superando decenios de incomprensión en espacios de tiempo que se
miden actualmente en meses. Como todo grupo cultural con identidad propia, la
comunidad BDSM ha desarrollado en las diferentes ciudades de los cinco
continentes sistemas de comunicación directa, en forma de clubs, fiestas
privadas o públicas, pubs, asociaciones y federaciones, etc.20 Internet ha
supuesto un gran avance para la difusión del conocimiento del BDSM y como medio
de relación entre personas a través de foros, canales de chat, grupos, redes
sociales, blogs personales, etc.
Locales, clubes y eventos
En los clubs BDSM se encuentran elementos auxiliares como
esta Cruz de San Andrés.
El núcleo original de los locales BDSM estuvo formado por
establecimientos que emergieron desde los años 50 (movimiento del cuero), de
ámbito exclusivamente homosexual y masculino. La necesidad de dichos locales se
basa en que poseen instalaciones y accesorios que son difíciles de encontrar en
el ámbito privado (cruces de San Andrés, potros, etc.) y que al mismo tiempo
favorecen la socialización durante el juego, deseada por muchos de los
practicantes del BDSM. Esto impulsó también la creación de locales para la
comunidad hetero en prácticamente todas las grandes ciudades estadounidenses y
europeas, la mayoría de tipo mixto (es decir, compartiendo el escenario con
otras culturas del sexo no-convencional, como el movimiento swinger). No sucede
del mismo modo con la comunidad homosexual, que mantiene gran número de locales
destinados de forma exclusiva y excluyente al S/M y a la D/s.39
Actualmente, las grandes asociaciones estadounidenses suelen
tener sus fiestas temáticas y sus reuniones sectoriales en locales amigos, pero
son infrecuentes en la escena hetero los locales exclusivos. A veces, esto
conduce a errores cómicos, como el del diario español que definió a la más
antigua asociación pansexual del BDSM, la estadounidense The Eulenspiegel
Society, como “una disco de ambiente BDSM”. Esta asociación, con más de 5000
afiliados, no mantiene ni auspicia ningún pub (y menos una discoteca).40 41
Los locales estrictamente BDSM en Europa y Estados Unidos
suelen tender a imponer un riguroso código de vestuario y comportamiento
escénico para sus visitantes, mientras que en los locales mixtos (salvo fiestas
ocasionales) se mantiene una postura más tolerante al respecto. En todo caso,
se trata de locales en los que la seguridad y la armonía social suelen estar
mejor y más representadas que en el resto de los locales de ocio en la noche urbana:
la seña de identidad principal de la comunidad, el consenso, hace que estos
establecimientos sean más seguros que una discoteca convencional, por ejemplo,
para una mujer que los visite sin compañía y sin conocer la escena (Club
Afterly, Preston, Inglaterra). Salvo el dato de que en Japón las actuaciones
BDSM públicas, especialmente las de tipo bondage y S/M, son socialmente
aceptables, no parecen existir informaciones fiables acerca de la situación de
locales BDSM en otros continentes.
En España, la evolución es muy similar: junto a locales
míticos y esencialmente S/M de la escena homo, se encuentran docenas de
establecimientos del entorno swinger que mantienen una sala de juegos o
mazmorra decorada y habilitada con mejor o peor gusto. Algunos realizan eventos
fetichistas de forma periódica, en los que suele ser habitual una singular
mezcla de identidades y estilos.
En América Latina existen varias comunmidades BDSM
organizadas, que sostienen asociaciones, locales, eventos, redes sociales e
incluso programas de radio de temática BDSM. Entre las redes sociales más
extensas se encuentra Mazmorra, que al 6 de octubre de 2014 contabilizaba
32.960 miembros registrados, de todos los países de habla hispana.42 43 44 En
Argentina existe una comunidad considerablemente desarrollada, que sostiene
sitios como la Casona del Sado, inaugurada en 1999, eventos mensuales y varios
programas de radio.43 En 2012 la comunidad BDSM de Argentina participó
organizadamente por primera vez en la Marcha del Orgullo, con un "Camión
sado".43 En México también existe una comunidad BDSM considerablemente
organizada con eventos en bares y organizaciones destinadas a difundir el BDSM
o algunas de sus técnicas como el shibari.45 En el año 2010 en el Perú, con
motivo del 24/7, se organizó la primera reunión de Perú BDSM, comunidad real
que en todo este tiempo ha realizado cerca de 50 reuniones en la Casona del jr.
Ica, 13 evento munchs, y 4 fiestas temáticas, además de aparecer en medios
televisivos, radio, publicaciones e internet, difundiendo y ejerciendo docencia
en temas relacionados al BDSM.46 47
Organizaciones
Artículo principal: Organizaciones BDSM
Las organizaciones BDSM, tanto heteros, homos como
pansexuales, han desarrollado y desarrollan un amplio espectro de actividades:
informativas, formativas, defensa legal, promoción de eventos, talleres,
investigación, etc. Son especialmente activas y reputadas en Estados Unidos,
Inglaterra, Alemania, Suiza, Austria y Escandinavia. En esos países, sus
estructuras son profundamente democráticas –pese a la jerarquización de roles
en sus prácticas privadas– y con una sobreentendida tolerancia interna y
externa, derivada del concepto unificador del consenso. No ocurre lo mismo en
el área hispanohablante, donde no suelen existir organizaciones inscritas y
registradas como tales, una situación que se extiende también a las zonas
latinas y mediterráneas, salvo excepciones (como en el caso particular de
México, donde esta práctica se ha venido desarrollando en los últimos años con
las mismas características que en los países anglosajones, y donde, además, su
mestizaje e idiosincrasias particulares han hecho que su estilo sea muy
particular y variado). Sin embargo, en el área hispanohablante, como en otras
muchas partes del mundo, Internet ha propiciado la formación de comunidades
virtuales y grupos organizados alrededor de foros, canales de chat o redes
sociales.
Empirismo: Informes y encuestas
EL BDSM, como cultura de sexualidad alternativa, aflora en
amplias capas de la sociedad, algo que se puede constatar en los diferentes
estudios sociológicos que se han realizado sobre el tema, desde que en 1977 se
publica el primero realizado con técnicas empíricas modernas.20 En ese mismo
año, un informe realizado sobre universitarios estadounidenses llegó al
resultado de que un 15 % de los interrogados reconocían fantasías de tipo BDSM,
porcentaje que llegaba al 21 % en las estudiantes bisexuales y lésbicas.48
En general, y dependiendo de los datos de cada encuesta
específica, estos ofrecen un porcentaje de entre el 8 y el 25 % del total de la
población euro-estadounidense con un interés claro en las prácticas BDSM.,49 50
En ese sentido, un estudio del Institut für rationale Psychologie realizado en
1999 llegó a la conclusión que entre un 65 y un 70% de las mujeres encuestadas
deseaban ocasionalmente experimentar la sumisión sexual ante sus parejas,
mientras que más de un 40 % aceptaban relaciones claramente BDSM (Frankfurter
Rundschau del 5 de noviembre de 2002). Una encuesta supranacional desarrollada
en más de 40 países, cifró en un 20 % de la población los que habían realizado
prácticas de BDSM, desde suaves a severas.50
En España, las encuestas realizadas sobre el tema no ofrecen
unos ratios fiables, dado el escaso universo sobre el que se realizaron. Aun
así, los datos de una de ellas, realizada en 1999, parecen refrendar los
obtenidos en otras encuestas europeas: un 23 % de los hombres y un 19 % de las
mujeres encuestadas admitía haber realizado algún tipo de práctica BDSM,
mientras que un 33 y un 45 %, respectivamente, tenían fantasías BDSM. Entre
quienes lo practicaban, un 65 % afirmaban relaciones de tipo dominación -
sumisión (D/s), mientras que un 17 % se reconocían como practicantes del
sadomasoquismo. En cuanto a los roles, un 32% de los varones y un 11% de las
mujeres que practicaban BDSM y escogieron un rol en la encuesta, se
consideraban prefentemente dominantes, mientras que respectivamente un 33 % y
un 72 % reconocían tendencias fundamentalmente sumisas. Un 23 % y un 9 %,
respectivamente, afirmaban sentirse switch.15
Mucho más fiables son los estudios sociológicos realizados
entre la propia comunidad BDSM por instituciones y colectivos estadounidenses y
europeos. A destacar:12
Spengler,
Andreas: Sadomasochisten und ihre Subkulturen, 1977
Breslow,
Evans & Langley, 1985
Breslow,
Evans & Langley, 1986
Moser &
Levitt, 1987
Wetzstein, 1993
Levitt, Moser & Jamison, 1994
Gloria Brame, 1999
Datenschlag, 2000, 2001
BDSM y psiquiatría[editar]
La psiquiatría tradicional ha considerado que algunas
prácticas que integran el BDSM constituyen trastornos mentales, incluyéndolas
en el concepto de parafilias, principalmente a través de la noción psiquiátrica
de sadismo, masoquismo o sadomasoquismo, aunque a veces también se ve
involucrado el fetichismo, como parafilia. La noción psiquiátrica de parafilia,
está referida a ciertas prácticas eróticas consideradas diferentes de las
"normales", asociando genéricamente la "normalidad" a
patrones de sexualidad orientados a la reproducción y el coito, así como
ciertos comportamientos tradicionales asignados por el género. El grupo de
parafilias abarca muy diferentes comportamientos y fantasías sexuales, desde la
pedofilia y la zoofilia, al fetichismo, el masoquismo y el sadismo. Se ha
cuestionado el concepto de "parafilia", en particular con relación al
masoquismo y al sadismo, por no distinguir entre relaciones consensuadas y no
consensuadas, y por recurrir a un criterio de "normalidad" sexual.51
Existen dos textos de salud mental de gran importancia
mundial: el DSM y la CIE. El DSM es la sigla para referirse al Manual
diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales que elabora la Asociación
Estadounidense de Psiquiatría (APA). La CIE es la Clasificación internacional
de enfermedades que elabora la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En 2013 fue publicada la quinta versión del DSM
estadounidense, el DSM-5. Esta versión marcó un cambio con respecto a a la
versión anterior (DSM-IV): mantiene la noción de "parafilia", pero
establece que las parafilias solo se considerarán "desórdenes
mentales" (desórdenes parafílicos) si se establecen relaciones no
consensuales o con personas que no tienen la edad legal para consentir, o
causan estress personal que no provenga de la desaprobación social.52 53 En el
DSM-5 el masoquismo, el sadismo y el fetichismo no son más desórdenes mentales,
si se realizan en relaciones consensuadas y sin que las mismas produzcan
sufrimiento emocional a las personas que las practican.
El CIE, en su versión 10.ª (CIE-10) de la OMS, fue publicado
1992 y está prevista una reedición para 2015. Los desórdenes mentales
relacionados con la sexualidad están incluidos en el Capítulo V. Allí el
"fetichismo" (F65.0) y el "sadomasoquismo" (F65.5) figuran
como "trastornos de orientación sexual".
Legislación
Artículo principal: BDSM y legislación
La relación del BDSM con la Ley es compleja, dada la
especial naturaleza de estas relaciones. No conviene olvidar que las leyes que
regulan la interacción sexual, son muy diferentes según país. La legislación
holandesa permite las relaciones entre adultos y menores de 16 años, si estas
no son forzadas. Pero, además, lo que le presta una especial configuración al
BDSM, es su premisa de consenso, la voluntariedad que impregna todas sus
actividades. Y esa es, a menudo, la piedra de toque en los casos de conflicto
legal.
BDSM y cultura[editar]
Teatro[editar]
Aunque sería posible establecer ciertos elementos
relacionados con el BDSM en el teatro clásico, no es hasta la aparición del
contemporáneo cuando se puede comenzar a hablar con propiedad de una proyección
de la temática en el arte escénico. En este sentido, cabe destacar dos obras,
una austriaca y otra alemana, en las que el BDSM no solo se ve incorporado,
sino que traza la línea argumental de las piezas.
Worauf sich
Körper kaprizieren, Austria. Peter Kern dirige y escribe el libreto para
esta comedia que se apoya en el filme de Jean Genet, Un chant d'amour, cine de
autor de 1950, adaptándolo a la Viena de hoy. Un matrimonio en el que una vieja
gloria del cine (Miriam Goldschmidt) somete bajo su sadismo de portería al
esposo (Heinrich Herki) y al camarero (Günter Bubbnik), hasta que entran en la
densa tela de araña de su gris existencia dos nuevos personajes.54
Ach, Hilde
(Ay, Hilda ), Alemania. Una obra de teatro de Anna Schwemmer, estrenada
en Berlín. La joven Hilde queda embarazada y tras el abandono de su novio,
decide hacerse Dómina profesional. Toda la obra contiene una visión lúdica y
cuidadamente frívola -con todo propósito por parte de su autora- de la
subcultura de la prostitución que imita escenarios BDSM, también llamada
dominación profesional. 55
Cine
Artículo principal: BDSM en el Cine
Con el cine, el ser humano alcanza la plenitud de su
condición de mirón. El cine, casi no hace falta mencionarlo, forma parte
indivisible de la condición humana de inicio de siglo y de milenio.56
Al margen de las películas que forman parte de los circuitos
de la pornografía comercial, el cine ha tratado desde sus inicios en
profundidad las relaciones BDSM; desde 1909 hasta la década actual, un periodo
este último con abundante muestras: Sade, Quills, La profesora de piano, Beyond
Vanilla, Ichi- the Killer, Secretary, Wir leben... SM!, Bettie Page: Dark Angel, Ma Mére, Ecstasy
in Berlin 1926, The Magdalene Sisters, Gib's uns a bissle, 24/7:The Passion of
Life, Surrender, Bathory, Besuch bei einer Dominam, Futei no kisetsu- I Am an
S/M Writer, Shibari, Hostel, Jackass: The Movie, The Isle, Hwal, Sin City,
Headspace y Un año sin amor, entre otras.
Naturalmente, existen miles de películas con
"acentos" o "toques" de sadomoasoquismo o de BDSM genérico,
sin que puedan ser consideradas, en sentido estricto, películas con escenarios
de este tipo: El Último Tango en París, Emmanuelle, Instinto básico, Eyes Wide
Shut, 8mm, La Naranja Mecánica o Personal Services, por no citar otras muchas,
son películas con pinceladas de ese tipo, pero difícilmente pueden entenderse como
parte de una filmografía del BDSM. Igual ocurre con toda la obra de Luis
Buñuel, todas las conversiones cinematográficas de algunos clásicos españoles,
como Ramón Gómez de la Serna, Emilia Pardo Bazán, Ramón María del Valle-Inclan,
todas las películas de Federico Fellini, Fassbinder, Stanley Kubrick, Jan
Svankmajer, Carlos Saura, Ingmar Bergman, etc. Autores y directores con una
marcada tendencia a usar sus obras como reflejo de una postura personal
abierta, cuando no claramente propicia, a esa temática. Pero que no pueden
considerarse como películas BDSM. Por ello, una película como El graduado, por
más que la escena de los pies femeninos observados con adoración desde el
quicio de la puerta sea sustantiva de ser considerada como fetichista, no
debería citarse como referencia filmográfica de esa subcultura, al contrario
que las anteriormente citadas como ejemplo de la proyección cinematográfica del
género en la década del 2000.57 En el artículo principal, BDSM en el Cine, se
encuentra ampliamente referenciada dicha filmografía, con un listado detallado
de las 100 películas más notables del género.
Literatura
Al igual que ocurre respecto a la historia del BDSM,
conviene recordar que al definir la literatura sobre el BDSM no se puede
simplificar y recurrir a un listado de las obras escritas sobre todas y cada
una de las partes que lo integran, sadomasoquismo, flagelación, D/s, etc. En
primer lugar ese listado sería materia de los artículos sobre cada uno de esos
conceptos, y en segundo lugar faltaría el elemento integrador que da sentido al
BDSM, el concepto del consenso y la tolerancia activa para con los practicantes
de otras variantes. Por lo tanto, y por la propia definición de BDSM, no pueden
buscarse ejemplos literarios mucho más atrás de la II Guerra Mundial.
En tópico literario del "amor cortés" de la lírica
trovadoresca medieval, (total sumisión del enamorado a la dama), lo que origina
un "sufrimiento gozoso" encontramos un claro antecedente del BDSM.
Una pieza fundamental es Historia de O, junto a Retorno a
Roissy (Pauline Réage),1954, además de 9 semanas y media, de Elizabeth McNeill
(1978), Dezemberkind de Leander Sukov' (2003, 2004), algunas obras de la
escritora Anne Rice (Exit to Eden, The Claiming of Sleeping Beauty (1983),
Beauty's Punishment (1984) y Beauty's Release (1985)), Jeanne de Berg (L'Image,
1956, dedicado a Pauline Réage), la novela Topping from Below de Laura Reese
(1999), la novela A los pies de Omphalos, de Henri Raynal, la novela La atadura
de Vanessa Duriès. Más recientemente, las novelas de Marthe Blau, Submissión y
Entre Sus Manos (2005). Algunas obras de la saga GOR , de John Norman. Y,
naturalmente, todas las obras de Pat Califia, Gloria Brame, del colectivo
Samois y muchas del escritor Georges Bataille (Histoire de l'œil-Historia del
ojo-, Madame Edwarda, 1937), así como de Bob Flanagan: Slave Sonnets (1986),
Fuck Journal (1987), A Taste of Honey (1990). Una importante parte del poemario
de Pablo Neruda refleja sentimientos y sensaciones derivadas de las relaciones
de intercambio erótico de poder.
En 2011 se publicó la novela Cincuenta sombras de Grey de la
escritora E. L. James, primer libro de una trilogía romántica basada en una
relación de dominación/sumisión, que se convirtió en uno de los libros más
vendidos de todos los tiempos, con especial éxito entre las mujeres,58 59 60 61
62 abriendo un amplio debate internacional sobre la importancia de los deseos y
fantasías BDSM en la sociedad.59 60 61 63 63
Un nuevo subgénero: el BDSM romántico
El aumento exponencial de la comunidad BDSM en los últimos
10 años ha originado la aparición de un subgénero literario que previamente no
existía como tal: el BDSM romántico. Siempre hubo relatos de bondage,
sadomasoquistas, etc., al menos de forma constatable desde el siglo XIV, y
anteriormente en formas literarias poco investigadas al respecto ( ver el
Cantar de Mio Cid, la escena de los condes y las hijas de Rodrigo, o algunos
poemas de la lírica provenzal), pero este es un género surgido en el siglo XXI.
Podríamos definirlo como una especie de novela rosa con sexo duro y explícito,
y con personajes, escenarios y lenguaje BDSM. Actualmente muchos autores se
dedican a escribir prolíficamente hasta media docena de novelas por autor y
año, en algún caso partiendo de experiencia propias como practicantes del BDSM
y en otros desembarcando desde géneros literarios ajenos, y siendo más
frecuente autoras que autores.64
Un ejemplo
es el libro Hacia el Edén de la autora Anne Rice, Meet Claire Thompson, autora
de Slave Girl, Bird in a Cage, Julie's Submission, Closely Held Secrets, Club
De Sade, Turning Tricks, Eros, Slave Gamble, Slave Castle, Face of Submission,
Jewel Thief, Confessions of a Submissive, Slaves to love, Tracy in chains, The
Toy, The Stalker. Un espacio que también navegan numerosos otros autores
angloestadounidenses, como JW McKenna (Office Slave I y II, Kept Woman, Naughty
Girl, The Politician's Wife, Lord of Avalon, Sold, Controlled, The Hunted,
Trackers, Slave Planet, Darkest Hour, etc.), Bonnie Hamre, Alice Gaines, y
otros, creando a menudo series con personajes de ficción BDSM que se repiten a
través de sus novelas.65
Arte
Al igual que en el caso de la literatura, una muestra del
arte BDSM no debería incluir obras de la protohistoria cultural del sadomasoquismo,
la flagelación, el fetichismo, etc, y solo comenzar cuando se perciben los
aspectos integradores del BDSM. En ese sentido, son poco relevantes para el
presente concepto las figuras de las Venus de Kostienki, Rusia ( 3000 a. C.) o
los grabados en la tumba y el sarcófago de la aristócrata egipcia Bastret (
1376 a. C.).
Por el innegable potencial de fetichismo visual del BDSM, es
lógico que la mayor parte de los artistas que han dedicado parte o la totalidad
de su obra a esta temática, lo hagan en el campo de
la fotografía: Eric Kroll e Irving Klaw (con la primera
modelo de bondage, Bettie Page) y el mundialmente famoso fotógrafo japonés
Nobuyoshi Araki, cuyas obras se exponen en algunos de los principales museos de
arte moderno, galerías y colecciones privadas, como la de la baronesa Marion
Lambert, la mayor del mundo en arte fotográfico contemporáneo.
el dibujo de cómics:66 Guido Crepax con los cómics Histoire
d'O (1975), Justine (1979) y Venere in pelliccia (1984), inspirados en la obra
de Pauline Réage, Sade y Leopold von Sacher-Masoch, respectivamente. John
Willie y su Adventures of Sweet Gwendoline, que fue en 1984 la base para el
film Gwendolyn. Ryuta Amazume escribe y dibuja el manga Nana to Kaoru,
publicado por la revista Young Animal, desarrollando en profundidad el
subgénero BDSM Romántico.
el grafismo: Eric Stanton y sus impresionantes trabajos
sobre la dominación femenina y el bondage, Hajime Sorayama, Robert Bishop y
Dolcett.
Televisión
La irrupción del BDSM en los canales de televisión se ha
producido en los últimos diez años[¿cuándo?]. Gran número de canales comenzaron
a realizar programas monográficos sobre el BDSM o el sadomasoquismo (con mucha
más frecuencia centrándose en ese último aspecto) o incorporándolo a los
programas tipo docudrama de cada canal generalista. Este ha sido el caso de
Alemania, Francia, etc. En España, tanto TVE, como Antena3, Cuatro y Telecinco
han realizado, programas de este tipo. Muchos canales han reproducido
documentales de larga duración (Besuch bei einer Domina, Alemania, ARD) y casi
todos han incluido en su programación películas de temática BDSM (Historia de
O, que tan solo hace una década hubieran sido impensables en España).
Recientemente, el afamado programa Documentos TV, de TVE, ha
emitido un documental de 55 minutos de duración sobre la temática. En la web
del programa se incluye un texto en el que se cita, entre otros, lo siguiente:
Se muestran auténticas sesiones de BDSM en las que
participan los protagonistas del documental. Imágenes crudas y sorprendentes
que tratan de manera respetuosa estas relaciones de una minoría que reivindica
su sexualidad.67
Pese a ello, el documental ofrece exclusivamente una visión
parcial de la llamada dominación profesional en Barcelona. Más exactamente, del
sadomasoquismo profesional –es decir, contra pago- en dicho ámbito local,
incidiendo en la ya habitual confusión entre BDSM –el concepto genérico, el
todo englobador- y el sadomasoquismo –tan solo una de sus partes y no la más
practicada. Véase también el epígrafe sobre Servicios Profesionales en este
mismo artículo. Sin embargo, según los más recientes estudios sociológicos
realizados en Alemania, solo un 18 % de la comunidad BDSM recurrió a servicios
de pago por profesionales en los seis meses anteriores a la encuesta.68
De este panorama se distingue propiciamente la cadena
canadiense Showcase, que emite cada semana una serie tipo docudrama, Kink,
enteramente dedicada al BDSM y con un total de 63 capítulos. En su cuarta
temporada, ha sido valorada por la crítica como la de mayor calidad erótica en
la televisión actual.69
Varias conocidas series de televisión como Bones,70
Castle,71 CSI,72 Sherlock,73 o True Blood,73 han grabado capítulos dedicados
monográficamente a las relaciones sadomasoquistas o (con menor frecuencia)
genéricamente BDSM.73
Videojuegos
En la misión "Sexual Deviants" del juego de
Rockstar Manhunt 2 el personaje ingresa a una discoteca , en donde los enemigos
poseen la estética BDSM, posteriormente se adentra en los sótanos, y se
evidencian fuertes escenas de tortura infringidas por sujetos con mascaras de
cuero, siendo algunas zoomorfas.
El controvertido Thrill Kill para PS1 cuya trama abarca
almas que luchan en el infierno , incluye los siguientes personajes ligados al
BDSM:
Belladonna fue engañada por su esposo en vida, así que se
convierte en una Dominatrix y combate con el traje respectivo.
Tormentor fue un juez que torturaba y asesinaba sindicados ,
los cuales él mismo absolvía con el fin de aprehenderlos y dominarlos el solo,
viste una mascara junto a un delantal de cuero y ataca con una cadena,
representando el sadismo.
The Gimp es un ser completamente masoquista, demostrado por
su vestimenta que lo cubre completamente y un tapón en su boca, este ser recibe
cualquier cantidad de golpes en el modo de entrenamiento (no es jugable).
Diccionario temático[editar]
Artículo principal: Términos BDSM
Como toda cultura estructurada, el BDSM tiene un lenguaje
propio, un argot, entrelazado de palabras que se usan de forma casi exclusiva
en dicha comunidad (24/7), palabras de extracción general pero de significativa
importancia en ella (dominante) y palabras con un sentido completamente
diferente en el seno del BDSM respecto al resto de la sociedad (vainilla).
Por el contrario, muchas de las palabras que figuran en una
buena parte de los breviarios sobre el BDSM, impresos o publicados en la Red,
pertenecen en realidad a un vocabulario más extendido, que podría definirse
como vocabulario sexológico (fisting, lluvia dorada, cunnilingus, etc.).
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